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      Cultura rusa — libro

        Cheburáshka (Чебурашка)

        Cheburáshka (Чебурашка)

      Quien suela no perderse los Juegos Olímpicos, sabrá que durante varios años la mascota oficial de la delegación rusa es un animalito de grandes orejas, algo entre oso y ratón, llamado Cheburashka.

      Este peculiar personaje se originó en la mente del cuentista soviético Eduard Uspenski, en una historieta escrita en 1965. Según la historia original, Cheburashka, quien vive en el bosque, termina accidentalmente en un huerto de naranjas y se queda dormido. Posteriormente, despierta en una tienda en la ciudad, sin darse cuenta de que fue empaquetado con todo y naranjas. Como sus patitas quedan entumecidas y no le responden, Cheburashka cae de la mesa del gerente de la tienda en un movimiento como de tentetieso (lo cual sería una traducción atinada de “cheburashka”, de ahí su nombre). Cheburashka generalmente es representado junto con su amigo, el cocodrilo Guena.

      En el famosísimo filme animado “Guena el cocodrilo” (1969), de Román Kachánov, ambos son presentados como grandes amigos que desean terminar con la soledad de todas las personas. Esta película, al igual que Cheburashka, son muy conocidos dentro y fuera de Rusia. El personaje también es protagonista de muchas “anécdotas” y chistes rusos.

      (Autor: Rainer Matos)

      Riurik

      Riurik

      Todas las culturas tienen un mito fundacional, al igual que un personaje con aura  mítica que inicia la historia de un pueblo. En Rusia, esa figura recae en Rúrik o Riúrik, príncipe escandinavo que fue invitado por los habitantes de Nóvgorod a gobernarlos alrededor del año 862, para “poner orden” en esas tierras, según cuenta la Crónica Primaria escrita en el siglo XII. La tradición democrática de elegir a los príncipes de Nóvgorod data de la elección de Rúrik, según el historiador ruso Valentín Yanin.

      La Crónica Primaria relata que dos lugartenientes de Rúrik, Askold y Dir, se aventuraron a conquistar Kiev, iniciando el desplazamiento de los escandinavos hacia el sur, por el Dniéper. Antes de morir en 879, Rúrik indicó a su lugarteniente, Oleg o Helgi, que debía convertirse en regente hasta que el heredero legítimo, Ígor, cumpliera la mayoría de edad. De ese modo, Oleg gobernó hasta 912, cuando Ígor, hijo de Rúrik, dio inicio a la dinastía que llevó el nombre de su padre, la “ruríkida”. El último monarca ruso que descendía directamente de Rúrik fue Vasili IV (1606-1610). La figura de Rúrik es similar a la de los primeros gobernantes de otros pueblos; en el caso de México, este papel recae en Tenoch, primer señor de los aztecas que, como Rúrik, no se sabe si existió o se trata de un personaje mítico.

      Por Rainer Matos

       

      Ver libro Zares de Rusia. Los Riurikovich y los Romanov